
Humilde obrero encontró fuente radiactiva robada e intentó venderla como chatarra
Viernes 6 de Diciembre de 2013.
Parecía “como un barril de cerveza”
Quería vender el desecho médico como chatarra.
HUEYPOXTLA, Estado de México (El Universal).- Mauro Moya Martínez, de 48 años de edad, no resistió la tentación. La mañana del miércoles pidió ayuda a sus familiares y se dirigió al campo donde vio un montón de fierros. Los amarró al vehículo y como pudo los arrastró un kilómetro hasta su casa, en calle 5 de Febrero, colonia Juárez.
Anteayer por la mañana pidió ayuda a sus familiares y se dirigió al campo donde vio un montón de fierros. Los amarró al vehículo y como pudo los arrastró un kilómetro hasta su casa, en calle 5 de Febrero, colonia Juárez.
“Desde el martes los fierros estaban tirados en el campo. La policía municipal lo sabía y mucha gente los vio. Mauro quiso venderlos como chatarra”, relató uno de los pobladores.
Los hombres intentaron cargar el contenedor, con forma semejante a un barril, pero se percataron que era mucho más pesado de lo que parecía. Decidieron amarrarlo al tractocamión y arrastrarlo.
Vecinos de las colonias Juárez y España vieron el movimiento. Se les hizo extraño ver que el tractocamión arrastraba los fierros por el camino de terracería, entre una nube de polvo. Junto al vehículo iban unas cuatro personas.
Un testigo describió el contenedor: “Era como un tambo, ovalado, como un barril de cerveza. Pesaba un montón. Es el que está ahí, en el patio. Desde el martes estuvo expuesto en el sitio donde lo tiraron y ahí se quedó más material”.
Familiares de Mauro aseguran que es un hombre de trabajo y que su error fue ir por lo que creyó era chatarra abandonada.
Mauro, su esposa Alejandra Vargas, de 45 años de edad, la hija de ambos, Sandra, y su nieto de dos años, así como su suegra Alicia Merino fueron sometidos a exámenes médicos en el hospital 57 del IMSS, ubicado en La Quebrada, Cuautitlán Izcalli, donde se descartó que estuvieran contaminados con radiación.
También les practicaron estudios médicos a unos 20 policías federales, estatales y municipales que participaron en el operativo de acordonamiento de la vivienda de Mauro y del predio donde fue localizado el material radioactivo, a un kilómetro de distancia. Mauro fue presentado ante el Ministerio Público Federal para rendir declaración en torno al contenedor. Esta semana fue robado en Tizayuca, Hidalgo, un vehículo que transportaba equipo médico de teleterapia con material radioactivo, el cual fue hallado abierto en Hueypoxtla, Estado de México. Una parte estaba en el domicilio de Mauro. Habitantes de las colonias Juárez y España, de este municipio, exigieron a las autoridades municipales, estatales y federales información sobre el material radiactivo que permanece en una casa de la primera unidad y en un predio baldío a 1.5 kilómetros de distancia. Colonos colocaron carteles de protesta frente a la calle 5 de Febrero, donde permanecía ayer parte del material radiactivo, y exigieron que se aclare a la comunidad si existe riesgo de contaminación por radiación. Peticiones”Si existe riesgo de la contaminación que nos informen oportunamente. Gobierno, abre bien los ojos, cuida a la ciudadanía” y “Pedimos a las autoridades competentes exámenes médicos para la población en caso de que haya avanzado la radiación”, dicen algunas de las leyendas de inconformidad. Los pobladores advirtieron que de no recibir respuesta podrían tomar otro tipo de acciones, como bloqueo de vialidades. María del Socorro Rostro Salazar, habitante de Hueypoxtla, afirmó que el material radiactivo fue arrastrado 1.5 kilómetros, del predio donde fue abandonado al domicilio citado, e ignoran si pudo haber contaminación, además de que el citado terreno es cercano a una presa y un río.
En la vivienda de la familia Moya Vargas el material permanece bajo carpas, en tanto que el tractocamión empleado para arrastrarlo también está en el sitio. En el predio baldío igualmente hay material del equipo médico. Policías federales mantienen cercos de 100 metros a la redonda en torno a la vivienda y de 500 metros en el predio donde está parte del material radiactivo.